lunes, 19 de diciembre de 2011

Lo mismo de siempre

Cuando todo el mundo busca las soluciones adecuadas para salir de la crisis, la balanza parece inclinarse hacia los planes de ajuste. En ese sentido, se habla de reducir el tamaño de nuestras administraciones, porque es la idea que parece compartir también los más perjudicados: es una política que seguirá perjudicando a la misma categoría de personas, las categorías empobrecidas de las sociedades. Solo hay que mirar hacia aquellos países que han venido experimentando los recortes, o los llamados Programas de Ajustes Estructurales (PAE) del FMI y del Banco Mundial. En esos países, mientras se habla de la recuperación económica, se habla también de un mayor empobrecimiento de los más pobres: mientras las riquezas se concentran en pocas manos, la pobreza ha ido afectando a más seres humanos.
Pero si los recortes causan tantos daños, ¿por qué se siguen aplicando? Para mí, la principal razón radica en que a la hora de tomar las medidas de austeridad, los primeros en ser consultados son los poderosos (se supone que en sus manos está la resolución de los problemas. De ahí que primeramente, ellos tienen que estar de acuerdo con esas medidas que solo se adoptarán si no les perjudican, o en el peor de los acasos, si se cree que los perjuicios serán menores para ellos. Pocas veces se plantean el reparto igual de las ganancias, aunque muchas veces sí, hablan sobre el reparto de las perdidas.
Para llegar a ese acuerdo, se necesita tiempo, porque se necesitan también muchos compromisos, que solo el tiempo dirá si cumplen. De no ser así, es difícil que se tomen las medidas. Sin embargo, mientras se van discutiendo esas medidas que seguramente les favorecerán, la visión que se proyecta a los perjudicados es otra, y puede tener varias vertientes; las principales son:
1. Eso, lo hacemos para vosotros: nos hemos comprometido en buscarles soluciones a corto o largo plazo a sus problemas.
2. De hecho, hemos decidido reducir o eliminar algunos puestos administrativos que pensamos son de poca importancia para vosotros.
Ya hemos visto que se trata de compromisos cuyo cumplimiento es hipotético. De hecho, hasta los mejores técnicos del FMI y del Banco Mundial siempre advierten las medidas tomarán sus tiempos para que puedan dar sus frutos. Es que el tiempo lo cura todo, como lo recoge el dicho: “no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que se le resiste”.
El otro problema relacionado con las reducciones de puestos administrativos, tiene que ver con su engordamiento, o el enriquecimiento de sus responsables. ¿Qué significa eso? Primero, se eliminan las direcciones que no son indispensables. Luego, en su lugar, se crean otras subdirecciones indispensables, ocupadas por personas afines, que seguramente estarán cobrando por un cúmulo de tareas que podían ocupar otras personas. Finalmente, lo que se favorece es una descoordinación, ya que en cada dirección eliminada, puede aparecer un residuo de subdirecciones, una merma en la atención (¿dónde dirigirse?), una disminución de la rentabilidad, etc.
En resumen, todo lo que tendremos en manos serán las nuevas escobas que se supone deben barrer bien; pero en realidad, estaremos hablando de lo mismo de siempre.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

De la inmigración de no retorno a la posibilidad de retorno. Una historia de orgullo y de esperanza.

De lo que voy a hablar es de la película “La Puerta de No Retorno” que se estrena el viernes 25 de noviembre de 2001: me la han recomendado. Sí, subrayo lo de que me la han recomendado porque encierra un sentimiento de orgullo casi contagioso. Su director es Santiago Zannou, una persona que no conocía, pero que empecé a conocer desde aquel día de 2009 (si no me equivoco) a través de los premios Goya.
Como decía, no lo conocía; pero al escuchar su nombre, lo primero que me dije fue: “ese es de Benín”. Estaba yo, sólo frente al televisor, sin nadie con quien compartir. En efecto, se trata de esos apellidos que son endémicos, que difícilmente dan lugar a equivocaciones (no como el mío por ejemplo, “ALI” que se puede encontrar en distintos países de África Occidental, y sobre todo musulmanes, haciendo siempre pensar en la cultura árabe). Luego, entre los diversos comentarios, he escuchado decir que se trababa del “primer director de cine negro premiado en España”; es decir, un paso más hacia la normalización de nuestras relaciones sociales que normalmente (valga la redundancia), no tenían que basarse en el color de la piel, ni del género, ni de la clase, sino, en la persona como ser humano.
El año siguiente (en el 2010), tuve la oportunidad de conocer al padre del Director de Cine en una reunión que tuvimos los de Benín en Madrid. Él se presentó de esta manera: “me llamo Alphonse (Alfónz) Zannou, soy el padre de Santiago Zannou”. En su cara, se podía leer el orgullo de ser el padre de un premiado por el Goya; pero por otra parte, decía que sentía orgullo de ser uno más de Benín, a pesar de su largo tiempo viviendo fuera. Aunque otra vez nos encontramos en otro evento, no pudimos conversar como se debía (ya que los encuentros de ese tipo no lo permiten, solo intercambiamos nuestros datos para poder seguir hablando), he podido saber después algunas razones de su orgullo. Él las narra en esta película dirigida por su hijo, que ha decidido, a través de él, rendirle un homenaje a la inmigración en general.
Él encarna esa inmigración que dificulta el retorno debido a muchas peripecias. Salió de Benín cuando todavía el país se llamaba Dahomey, dirigiendo hacía Francia, porque era el único destino europeo accesible a los de Benín, por ser el país colonizador. Su primer destino parece ser la ciudad de Marsella, aunque después vivió en otras ciudades francesas. De esta manera pudo desengañarse sobre algunos prejuicios, como el de creer que algunos trabajos (como el de barrendero) estaban reservados a los negros como él. Quizás por eso estaba seguro que no le iba a faltar un puesto de trabajo al llegar a su destino. Al constatar que había franceses ocupando esos puestos, se lo contó a uno de sus primos que se quedó allá. Ese no se lo creyó, y pensó que se había vuelto loco, o que le estaba contando un sueño que había tenido.
Después de la experiencia francesa, llegó a España, pudiendo ser uno de los primeros residentes de ese “pequeño país”. Aquí nació Santiago, no hace falta hablar sobre las dificultades que él ha conocido aquí, ya que a pesar de su deseo de retornar, ése solo se cumplió 40 años después, de la mano de su hijo: el hijo fue que visitó primero la tierra que vio nacer a su padre. Ahí conoció la tumba de su abuela a la que prometió la próxima visita de su hijo. Cuenta que se ha dado cuenta que algunas ideas, algunos pensamientos siguen siendo iguales, intactos, porque al proponerles a los familiares de allá su intención de realizar esta película, no se lo creían; los que se lo creían pensaban que sería obra de los “blancos” que lo acompañaban.
Hay que recordar que la idea de no retorno está arraigada en la historia de Benín, y viene de la emigración forzosa a la que se sometía a los esclavos que salían del país dirigiéndose a Europa, y finalmente al continente americano, formando lo que se ha conocido como el comercio triangular (que unía esos tres continentes). En Benín, como muestra de la historia, todavía se puede visitar esa “puerta de no retorno”, para refrescarles las memorias hasta a los más incrédulos.
Si anteriormente existía esa puerta de no retorno, en la actualidad existe la posibilidad o la esperanza de poder retornar, a pesar de las dificultades que entraña la globalización que según Asensi (2004), hace posible que el capital sea global, y que el trabajo en su mayor parte siga siendo local. Lo que para él significa que “Mientras se liberalizan los movimientos de capitales (y, en menor medida, el comercio internacional) las condiciones legales y policiales relacionadas con la migración se endurecen extraordinariamente, impidiendo una circulación libre de los flujos” (Asensi, 2004: 12). Pero es una situación que según él, favorece la aparición de “distintas categorías de trabajadores con grados de protección decrecientes (fijos, temporales, informales, irregulares, ilegales) junto con la tendencia a dejar bajo mínimos la protección social de los trabajadores de los países centrales” (Asensi, 2004: 13). Así, a pesar de las actuales dificultades, siempre debemos recordar que existe la posibilidad de retornar; una esperanza que se cumplió en el caso de Alfónz Zannou.
Pero también se trata de ese orgullo casi contagioso que nos devuelve el tiempo, haciendo sentirnos de la misma familia, del mismo país, de una humanidad única. La película, me la ha recomendado el Consulado de Benín, seguro por ese mismo orgullo que sienten sus trabajadores que no todos son de Benín. En esos tiempos de mayores dificultades, es necesario tener esperanza; pero también el orgullo que nos permite mirarnos por dentro. A veces, lo que buscamos fuera está dentro de nosotros.

martes, 13 de septiembre de 2011

Los pájaros tirando las escopetas

Robert Bourgi (abogado francés, pero de origen senegalés y libanés), es conocido como el hombre de las penumbras porque era el encargado de llevar y traer los recados entre gobernantes africanos y dirigentes franceses; entre esos trámites reconoce haber entregado un total de 20 millones de dólares a través de maletas a Chirac y De Villepin. Como es de esperar, varios de los países que han ofrecido esas “ayudas” a dirigentes franceses siguen negando los hechos. Un solo político en la persona de Mamadou Koulibaly, ex partidario del depuesto Laurent Gbagbo (ahora ha formado su propio partido político), ha reconocido que en el año 2002, su gobierno contribuyó a la financiación de la campaña electoral de Jacques Chirac. Bourgi era el intermediario de ese tejido de las relaciones entre Francia y sus ex colonias en África, conocido como Françafrique. La Françafrique fue una política adoptada por De Gaulle para seguir controlando a sus ex colonias, ya que se vio en la obligación de otorgarles la independencia en los años 60. Mediante esa política, Francia les otorgaba la independencia por un lado, pero por el otro encarga a Jacques Foccart la sucia tarea de hacer lo contrario de lo que se puede llamar independencia. Foccart era conocido como el Monsieur Afrique de De Gaulle; suena a alguien que viene a salvar al continente, por eso muchas de sus actuaciones se han ocultado durante todo el tiempo que ha seguido trabajando con los sucesivos gobiernos después de De Gaulle.

Muchos dirán que esas informaciones son poco creíbles, no sin razón, porque el señor Koulibaly puede estar actuando por rencor. Después de financiar la campaña de Chirac, él y sus partidarios han tenido el beneplácito del clan Chirac hasta que ese último decidió intervenir en Costa de Marfil por la muerte de algunos militares franceses de parte de soldados marfileños. Fueron tiempos de varios malentendidos que enfriaron las relaciones entre Francia y Costa de Marfil, hasta que llegó al poder Sarkozy en 2007. El propio Gbagbo reconoció que ese cambio de gobierno en Francia fue un gran alivio para él, porque con Chirac, “no llegaba a dormir bien”. Parece que se equivocó porque se le olvidó que Francia siempre está lista para intervenir en sus antiguas colonias. Fue lo que hizo Sarkozy el 11 de abril de 2011, al derrocar a Gbagbo que después de perder las elecciones de noviembre de 2010, no quería cederle el poder a su contrincante Allassane Dramane Ouattara (ADO).

Estando entonces en la oposición, puede ser que el señor Koulibaly, antiguo partidario de Gbagbo quiera desquitarse, acusando a Chirac y compañía. Sin embargo, con las declaraciones del señor Bourgi (al que acusan también de haberse callado hasta ahora por algunos intereses, aunque algunos dicen que lo venía haciendo desde 2006), todo parece indicar que en materia de Cooperación Internacional, no solo Francia contribuía al desarrollo de sus ex colonias africanas, sino que en el terreno político, algunos dirigentes africanos contribuían también a la financiación de las campañas electorales francesas. Aunque, hay que reconocer también que los asuntos relacionados con la política son muy complicados, y más aún cuando tienen que ver con intereses opuestos, cuando se relacionan a su vez con el dinero. Sino, ¿cómo explicar la posición del señor Bourgi, que a la vez que asegura ser el portador de esas maletas de millones de dólares desde África hacia Francia, se atasca diciendo que no tiene pruebas para confirmar lo dicho? Pero lo cierto es que ha afirmado haber entregado 20 millones de dólares a Chirac y De Villepin. Cuando él hace unas afirmaciones tan graves, debería tener pruebas; por eso De Villepin, en su legítima defensa, aprovecha para exigir esas pruebas

Sin embargo, lo que viene a confirmar esa situación, es que la principal característica de la Realpolitik en las Relaciones Internacionales, nada tiene que ver con el tamaño de los países, pero sí con los recursos con que disponen: es la política de saber dar y saber recibir, todo, en el momento adecuado. En pocas palabras, es la vieja política de “la carotte et le gros bâton” (de la zanahoria y el palo grueso). O sea, se trata de la misma política que permite ver a los pájaros tirando a las escopetas. Son situaciones que vivimos y que seguiremos padeciendo, ya que las cosas no son como debieran ser.

miércoles, 18 de mayo de 2011

¿Derechos Humanos?, ¿Libertad?

Esta tarde del 8 de mayo de 2011, después de las 18 horas, supimos de la liberación del fotorreportero español (asturiano) Manuel Varela de Seijas, alias Manu Brabo, por las autoridades libias. Cosa que debe alegrarnos a todos si nos ponemos en el lugar de sus familiares. Pero dicen que junto a él, habían sido liberados otros tres compañeros, todos acusados por las autoridades libias de haber ingresado ilegalmente en el país.
En el caso específico de Manu Brabo que fue detenido el 5 de abril de 2011 cerca de la ciudad libia de Brega era una liberación esperadísima no solo por sus familiares, sino por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España. No se podía negar la implicación del Ministerio ya que a cada rato salí la ministra para dar noticias sobre su cautiverio. Pero más todavía, cuando ahora sabemos que Manu Brabo puede pasar la noche en la residencia del embajador español en Trípoli para que mañana pueda ser recogido por el cónsul español en Túnez en la frontera, y que ése se encargue de su regreso a España.
De hecho la noticia sobre su liberación fue dada por la ministra Trinidad Jiménez que afirmaba horas antes que sería cuestión de horas. Según ella, lo importante es que había terminado el proceso, pero añade: “se nos ha comunicado oficialmente que Manu Brabo va a ser liberado ya, en las próximas horas, y eso es lo que me importa destacar”.
Después de un mes entonces, se ha acabado el calvario de Manu Brabo con la colaboración de las autoridades españolas.
No obstante, no podemos dejar de mencionar a otras personas que legalmente o no, están sufriendo la falta de respeto a sus derechos tanto de parte de las autoridades libias, como de parte de los rebeldes. Principalmente, en manos de los rebeldes, están los más vulnerables. Ya a principio de marzo de 2011, algunos periódicos decían lo siguiente: “Esos Mercenarios Africanos que Siembran el Terror en Libia”. Bajo ese título, se reconocía que Muhamar al Gadafi había pagado a muchos mercenarios subsaharianos para acabar con la rebelión. De esa manera, se les acusaba a esos mercenarios su participación en la represión organizada por el régimen libio; sin darse cuenta de que indirectamente esa acusación iba en contra de miles de trabajadores inmigrantes que viven en el país, y que podían ser víctimas de la venganza de los rebeldes que podían confundirlos con los llamados “mercenarios”. Esos presuntos mercenarios procedentes del Chad, de Liberia, de Mauritania, de Somalia, de Sudán, de Zimbabwe, etc., eran los culpables de haber matados a 6000 muertos; serian casi todos ex combatientes de las rebeliones africanas, pero encima, negros. Aunque también entre ellos estarían los tuaregs de Mali y de Níger. Se partía de la idea de Gadafi que, al no poder contar con el apoyo de las tribus libias, pero tampoco con el de sus militares, había decidido formar una “legión islámica”, inspirada en Legión extranjera de Francia, pero esa vez, con el objetivo de formar los Estados Unidos de África, cuyo líder sería el mismo Gadafi.
Tampoco se trataba de una idea nueva, ya que desde 1972, existía una fuerza armada parecida entrenándose en el Sur de Libia, y con el reconocimiento de haber participado en la defensa de varios regímenes africanos como los de: el ahora fallecido Ange Félix Patassé de la República Centroafricana (que fue víctima de un golpe de Estado en el 2002), de Idriss Deby de Chad (enfrentado a una rebelión en el año 2008), etc.
Se trata entonces de razones suficientes para que los rebeldes creyeran en todo lo que es capaz el Guía libio, y así ir a la caza de todos los trabajadores negros africanos, confundidos con esos mercenarios. De esa manera, muchos de ellos han sido insultados, amenazados,, golpeados, robados, etc. Y con mucho miedo, la mayoría decide entonces huir hacia las fronteras libias con Túnez, Egipto, etc. Era lo que se decía, pero todo ahora se ha confirmado con la visita de la FIDH de Francia en esas zonas donde la mayoría de esos desplazados le contaban sus experiencias. Lo peor es que se trata de somalíes, eritreos, sudaneses, etc., incapaces de retornar a sus países, porque son apátridas. ¿Quién defenderá sus derechos? ¿Dónde está su libertad?

viernes, 6 de mayo de 2011

Añadiendo los Por Qué:

Aunque no soy de ninguno de los dos equipos (ni del Barça, ni del Real Madrid), aprovecho la situación para compartir los por qué de Mourinho. Aunque ya tenía mi punto de vista sobre el tema, estaba esperando para conocer el castigo que le reservaba la UEFA. Esta tarde del 06 de mayo de 2011, cayó la decisión de la Comisión de Control y Disciplina de la UEFA: Mourinho está suspendido por cinco partidos, pero también deberá pagar una suma de 50 000 euros.

Pero, ¿por qué ese castigo contra Mourinho? Algunos dicen porque critica todo, habla mucho, mientras Guardiola está siempre callado. ¡Pobre Guardiola! ¿Para qué hablar él? si tiene a tanta gente hablando en su lugar, si tiene a mucha gente defendiéndole. En realidad, a él no le hace falta hablar. Si hasta algunos periodistas de ciertas emisoras acusadas de ser de Madrid, pasan las 24 horas hablando del malo de Mourinho, y del bueno hasta santo de Guardiola. Sin olvidar lo intocable que es la figura de Guardiola en Cataluña: un verdadero profeta en su tierra, donde se cree que el que un catalán no puede ser madridista. Y así se construyen las opiniones.

De esa manera a Mourinho el malo, se le puede criticar incluso cuando decide no hablar; porque puede ser una estrategia para que hablen de él. El día del último partido Barça-Madrid, cuando Mourinho decidió quedarse en su hotel porque estaba sancionado, uno de esos periodistas de Madrid le mandó a “tomar por saco”. Es que incluso sin hacerse ver, le gusta estar siempre enfocado, le “gusta ser siempre el foco de atención”. ¿Se atrevería ese periodista a decir lo mismo a Guardiola? Me imagino que no. No vaya a ser que se arme la de San Quintín, y que sea vetado en Barcelona. Porque por lo visto, son también de mal perder. La última vez que Mourinho, estando en el Inter les ganó, no les dejaron celebrar la victoria sobre el césped del Camp Nou: les rociaron con agua para que salieran corriendo. Es que estaban regando el césped después del partido. Y a la UEFA que le gusta hablar de fair play (de juego limpio) que no sólo tiene que ser durante el partido, se quedó callada. Y cuando el “mejor jugador del mundo” (Messi) le sacan de sus casillas y se la toma con el público tirándole la pelota, tampoco nadie ve nada, nadie dice nada.

Pero cuando se pregunta, cuando se dice por qué, lo que se espera es obtener una respuesta a lo que se considera como injusticia. Nada justifica entonces el castigo contra el que se ha atrevido a hacer la pregunta; en vez de ser un método disuasivo, puede ser un medio para fabricar otros por qué.
Sabemos que existen injusticias en todos los aspectos de la vida, que en vez de encontrarles soluciones, siguen empeorándose. Pero siempre habrá gente como Mourinho que hagan saber su ¿por qué?

domingo, 20 de marzo de 2011

Operación Odisea del Amanecer:

A pesar de todo el revuelo organizado alrededor de la operación que apoya la guerra contra Libia, por ahora, nos están diciendo que su objetivo no es derrocar al régimen de Gadafi, sino proteger a la población libia. Eso es difícil de entender, viniendo de las mismas personas que han venido mirando otras partes, cuando en Libia se violaban los derechos humanos. O, para no decir, las mismas personas que financiaban para violar los derechos humanos porque no querían ver a muchos de las víctimas dentro de sus fronteras. Muchas de esas víctimas, son acusadas doblemente ahora, porque son los “mercenarios de Gadafi”, y la prensa no se cansa de repetirlo. De esta manera, a todos los que no tengan el aspecto de ser libios (subsaharianos por ejemplo), se les agrede, se les quita sus pertenencias, y peor aún se les obliga a retornar de donde vienen. No han servido las afirmaciones de otras autoridades libias confirmando que hay libios también “negros”; lo que quieren otros ahora es satisfacer sus ansias xenófobas.
Por otra parte, al decir que no quieren derrocar a Gadafi, nos podemos hacer la siguiente pregunta: ¿qué quieren entonces? El objetivo de toda guerra es derrocar al enemigo, obligándole a aceptar todas las condiciones que antes negaba; es decir doblegándole. Pero también, considerando los daños colaterales de las guerras, decir que se defiende al pueblo bombardeándole es un poco más absurdo. Quizá se pueda explicar en ese mundo de locura.
Doblegar a Gadafi y convencerle para que no haga más lo que ha venido haciendo durante más de cuarenta años es ridículo, más si la idea viene de las mismas personas que han venido apoyando al Guía, al Coronel, sus amigos (¿y Sarkozy a la cabeza?). Él también ya se cree con el derecho de pertenecer al grupo de los mandamás, y es capaz de demostrarlo con el riesgo de perder su vida. ¿Será que no quieren que se averigüen las turbias relaciones pasadas? ¿Será que solo quieren utilizar las armas que tienen almacenadas? O finalmente, ¿será para adueñarse del petróleo libio?
Esta última idea está muy expandida, aunque los actuales protectores de los derechos del pueblo libio no se atrevan a reconocerlo. Gadafi ya ha demostrado que es muy exigente a la hora de repartir el petróleo libio. Él siempre ha puesto sus condiciones para ello. A parte de amenazar a Europa de dejar de controlar la inmigración, él quiere que el petróleo libio llegue donde se le respete, donde se le trate como igual. Y eso quizás no se entiende desde el Occidente superior. Por eso, lo que se busca ahora es alguien de Benghazi que no solo garantice el petróleo, sino que no ponga más exigencias tan humillantes para los grandes.

viernes, 14 de enero de 2011

Vivir Para Ver

Los recuerdos me vienen desde la ya lejana fecha de noviembre de 1987 en La Habana, cuando frente a un televisor fabricado en la ex Unión Soviética (URSS), me enteré con mucha sorpresa del cambio de régimen en Túnez. Si no me equivoco la noticia fue anunciada por el periodista cubano Ismael Tantaw en una sección del programa mañanero de la televisión cubana de última hora denominado “en caliente”.
Fue una gran sorpresa ya que dábamos por sentado que el entonces presidente de Túnez, Habib Bourguiba nacido en 1903, y presidente del país desde 1956 era insustituible, por ser el “padre de la nación”. Pero esa idea se había venido manteniendo, descontando los deseos del ahora huido ex presidente Ben Ali que llegó al poder de la mano de su mentor Habib Bourguiba.
Hasta entonces, Habib Bourguiba había dirigido el país con el apoyo de los países occidentales que denominaban su régimen de partido único de laico, occidentalizado, y más sociable, del Magreb. Pero era también el régimen más conocido por su anticomunismo. Eran razones suficientes para justificar las distintas violaciones de derechos humanos llevadas a cabo por el régimen. Las violaciones se sabían, pero era difícil denunciarlas; por eso al apartar a Bourguiba del poder, Ben Ali fue considerado como el hombre de cambio, y hubo una división de opinión para denominar su gesto que para algunos fue un golpe de Estado en toda regla, y para otros, una simple maniobra hábil. Esa última opinión se refería a que Ben Ali justifica su gesto por la avanzada edad del que lo llevó a su gobierno, y que acusaba de tener una demencia senil; de ahí que se suavizaba también el gesto denominándolo como un golpe de Estado sanitario. Por otra parte, él criticaba la intención de su predecesor de querer permanecer en el poder de manera vitalicia.
De esta manera, Ben Ali fue aceptado por casi todo el mundo, y ha venido siendo reelegido con más del 90 % de los votos (durante cinco veces ya), olvidando su propuesta de reducir el mandato a tres. Él ha venido utilizando artimañas que le han permitido agarrarse al poder, y ser aceptado por Occidente por su decidida lucha contra el “fundamentalismo islámico”.
La historia de Túnez ha conocido dirigentes que han venido justificando el miedo al otro como política; pero ha demostrado también que no siempre se puede engañar al pueblo. Por eso esta vez la sorpresa ha llegado de la mano de los ciudadanos. Si con Habib Bouguiba, la lucha era contra los comunistas, con Ben Ali los enemigos fueron los islamistas. ¿Quiénes serán los próximos enemigos? Vivir para ver.

sábado, 1 de enero de 2011

Con los pies sobre la tierra

Si algo llama la atención y a la vez sorprende en el sistema capitalista desarrollado, es la facilidad que tienen los responsables de hacer pasar sus decisiones aunque fueran impopulares, en nombre de la democracia. Antes de vivir la experiencia española, siempre había dado por hecho que se trataba de asuntos de países que practican el capitalismo de tercera categoría, de países pobres. Pero cada vez que llega un nuevo año, me estoy convenciendo que se trata de algo que atañe al sistema donde se percibe lo siguiente: las medidas aunque sean medidas impopulares, hay que tomarlas para demostrar que aquí manda alguien; y como diría Zapatero, “cueste lo que cueste”.
¿Quién se explica la toma de esas medidas de suicidio colectivo al principio de cada año? Utilizo la palabra suicidio porque primero, las medidas perjudican a los más vulnerables capaces de inmolarse frente a las dificultades, pero también para las autoridades si en realidad el pueblo es el que decide. La realidad que vivimos, es que siempre aprovechan el inicio del nuevo año, momento en que tenemos la guardia baja para colarnos sus decisiones. Primero nos hacen creer que vivimos en países desarrollados, y que debemos gastar durante las navidades; luego, también nos dicen que por vivir en países desarrollados y que debemos ser capaces de soportar las subidas de los precios, ya que según ellos es como tomarse un café. Nunca se darán cuenta que muchos son los ciudadanos que deben pensárselos varias veces antes de tomarse un café. Pero nosotros tampoco dejaremos de excusarles porque siempre estará la “cuesta de enero” para cargar con la culpa. Así, las cosas siguen su normal transcurso.
Y en algunos casos, sorprende también la rapidez en que se aplica esas decisiones: coges el transporte público para regresar a tu casa después de festejar la nochevieja, dispuesto a pagar lo mismo que pagaste a la ida, y te informan que el precio ha subido “un poquito”.

Pero es que no se limitan a subir los precios, también suben el descontento popular recortando los derechos en nombre de la democracia que les permite defender nuestra libertad, nuestra seguridad, etc. Ese año, en defensa de la sanidad pública, se prohíbe fumar en los lugares públicos, pero como si fuera una paradoja, nos dice que se puede fumar en las cárceles. ¿Nos estarán diciendo que él que quiera fumar libremente tiene que ingresar primero en la cárcel? No creo que sean tan malintencionados, pero a esa prohibición se les unen otras que son más perjudiciales ya que son restricciones en el terreno laboral cuando debido a la crisis crece el paro. Según ellos, todas esas medidas nos ayudarán a salir más rápido de la crisis porque se necesita la colaboración de todos. ¿Pero se puede exigirle a todo el mundo por igual? ¿Se puede sacar algo donde no hay nada?

Es hora de definir bien las cosas. Nadie duda de que todos debamos colaborar, pero a cada uno según sus posibilidades, ya que no es lo mismo lo que puede aportar un empresario y lo que puede aportar un trabajar. Solo se trata de que el empresario ayude en la contratación de los trabajadores, y que los trabajadores puedan vender sus fuerzas de trabajo. Se trata de que cada uno sepa observar la realidad, y saber lo que pueda aportar: con los pies sobre la tierra.