El alto al fuego entre
Israel y Gaza
¡Qué alegría! Pero ojalá esta vez sea el definitivo y más
duradero. El acuerdo de cese al fuego entre israelíes y palestinos el 26 de
agosto de 2014, tiene como objetivo poner fin a su “último” enfrentamiento de
siete semanas.
Pero lo cierto es que las memorias muchas veces son cortas
y/o selectivas, frente al sufrimiento ajeno. Y solo nos volvemos a acordar,
cuando los mismos hechos, o parecidos se repiten, como ha venido ocurriendo en
los distintos enfrentamientos entre Palestina e Israel.
Hay que reiterar que lo mejor es que esta vez no se olvide ese
último enfrentamiento considerado el más largo, y que ha causado varios daños,
tanto humanos como materiales, principalmente al pueblo palestino.
1.
Responsables
palestinos de la salud han admitido que desde el 8 de julio de 2014, han muerto
2139 civiles; entre ellos, 419 niños/as.
2.
Del
lado israelí, se habla de la muerte de 64 soldados, y 5 civiles.
3.
Por otra parte, se reconoce la destrucción o
el daño de miles de casas en Gaza.
Por eso, algunos palestinos dicen tener unos sentimientos
encontrados, ya que están dolidos por las pérdidas de sus seres queridos,
mientras se sienten orgullosos de haber combatido hasta lograr ese cese al
fuego.
El mundo no puede permitir que se repita esa barbarie con los
brazos cruzados, esperando encontrar algún culpable cuando las acusaciones
siempre han sido mutuas. En ese caso, el agresor (Israel) dice haber lanzado su
ofensiva, con el objetivo de acabar con otro lanzamiento de cohetes de parte de
los agredidos (desde Gaza). Es decir, un enfrentamiento entre dos Estados,
cuyos daños solo afectan a los más débiles.
La Unión Europea en particular, si hasta ahora ha
garantizado las constantes reconstrucciones de los daños materiales causados
por Israel en territorio palestino, no puede seguir permitiéndose las muertes
de civiles inocentes. ¡Ahí, no hay dinero que valga!