Sí a la comunicación. Pero por favor, no mezclar churras con merinas
Dicen que churras y merinas son dos tipos de ovejas autóctonas
españolas, originarias de Castilla la Mancha. A simple vista parecen
fácilmente descriptibles, pero son difícilmente identificables, cuando
se mezclan. De ahí, la frase “no mezclar churras con merinas”. Veamos:
*
Las ovejas churras se pueden distinguir a partir de sus manchas negras
en sus cabezas y patas. Por poseer una lana basta, de ellas lo mejor que
se obtiene es una alta calidad de carne y leche.
* Mientras
las ovejas merinas, no poseen las mencionadas manchas negras en sus
cabezas y patas, pero una mejor calidad de lana (más larga y fina). Por
eso el principal uso de las ovejas merinas es para producir lana.
Como
se puede observar, una simple identificación permite conocer las
propiedades de esos dos tipos de ovejas (churras y merinas): las
primeras por su leche, y las segundas, por su lana.
Y la idea
sería mezclar esas dos especies, para obtener una mejora en la
descendencia (para lograr mejor leche y mejor lana). Sin embargo, esa
supuesta mejoría no está garantizada. Por otra parte, si es fácil
distinguir los dos tipos de ovejas por separado, al mezclarlas en un
rebaño, su separación no resulta tan fácil.
Pero encima, en
muchas ocasiones se confunde la propia expresión, llegando a hablar de
frutas en vez de ovejas; a hablar entonces de “meninas” en vez de
·merinas”. Por todo ello, se recomienda no mezclar churras con merinas.
¿Y por qué hablamos de comunicación, de churras y de merinas?:
Lo
que ocurre con la expresión “no mezclar churras y merinas” puede
utilizarse haciendo una analogía entre la comunicación y su hermana la
“información”, hasta puedo permitirme decir también, “no mezclar
información y comunicación”.
En efecto, el concepto de
comunicación social que tuvo su auge en los años 70, se ha extendido
hacia diversas realidades; pero por limitarse muchas veces a códigos
predeterminados, se ha hecho más difícil su alcance al público deseado.
Siempre surge una problemática a la hora de ofrecer un mensaje militante
a un público cada vez menos militante.
Aunque pueda parecer
repetitivo, hay que subrayar la diferencia existente entre los dos
conceptos de “comunicación” e “información”. De esa manera, cada uno
puede sacar su propia conclusión, cuando se percate de nuestra apuesta
por la comunicación social. .
> La información se ofrece desde
un emisor generalmente jerarquizado, hacia un receptor. La información
en la mayor parte de las sociedades se dirige generalmente hacia abajo,
en vez de ir hacia arriba o incluso, horizontalmente. A pesar de todo,
la información es indispensable tanto en el plano laboral, en la
política, como en nuestras relaciones sociales.
> La
comunicación en cambio, se sitúa encima del mensaje y su transmisión,
basándose en unas idas y vueltas de la información, tanto de manera
horizontal como lateralmente; brindando así, la posibilidad al receptor
de reaccionar sobre el mensaje emitido. En ese caso, nos encontramos
frente a distintas etapas favorecidas por los intercambios, las
reformulaciones, y de creatividad. La comunicación social debe también
favorecer el procesamiento de datos, para facilitar su recepción y/o
aprobación.
Puede que se llegue a detectar la diferencia entre
comunicación e información; pero surge la confusión a la hora de
comunicar, debido a los prejuicios existentes en todas las sociedades.
Dichos prejuicios predeterminan una comunicación codificada. En ese caso
la comunicación se hace obviando que tiene que ser:
* Una
comunicación más social que comercial: el marketing que se hace para
vender productos se traslada hacia la política. Y7o sin darse cuenta, se
confunde la elección de una Miss, de deportistas, con la elección de un
político a un puesto determinado. De esa manera, cuando en política se
habla de unas mínimas condiciones económicas para todos los candidatos,
para la elección de una Miss, se juzgue normal que a pesar de ser guapa,
hay que tener una mejor posición económica.
* Una comunicación
debe transmitir valores: una comunicación social debe ser capaz de
transmitir valores en los que sobresale la libertad de opinión. No se
trata de repetir varias veces un mismo discurso para que el público ceda
a la presión, sino de permitir que cada persona tome su decisión por su
responsabilidad, su toma de conciencia, su propia elección. Hace falta
una interacción que permita una adhesión activa y voluntaria, para que
el destinatario del mensaje se sienta un individuo autónomo,
responsable, libre de presión. Si es que se llega a utilizar códigos en
la prensa o en la publicidad, que no sea para convencer, sino, para
llamar la atención, para permitir la toma de decisiones, y permitir que se reaccione.
viernes, 30 de mayo de 2014
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