La Fontana di Trevi, leyendas a favor y en contra de los más
pobres.
El lunes 14 de enero de 2019, nos hemos despertado con la
noticia de que “las monedas recogidas en la Fontana de Trevi ya no serán para
Cáritas”, que “Cáritas se queda sin las monedas lanzadas a la Fontana di Trevi”,
etc., a partir del venidero mes de abril de 2019.
Turistas frente a la Fontana di
Trevi
No es un secreto para nadie que con el tiempo, la Fontana di
Trevi se ha convertido en la referencia
turística más reclamada de toda visita a la ciudad de Roma que se precie.
Y para que fuera así, se ha perpetuado la leyenda de que los visitantes deben
tirar monedas a la fuente, con el resultado de que una moneda tirada fuese
suficiente garantía para volver a visitar la ciudad de Roma. Las personas más
afortunadas en el amor por un lado, son las que tiran dos monedas a la fuente, ya
que pueden encontrar el amor de un italiano o de una italiana; mientras por otro
lado, las parejas que llegaran a tirar tres monedas se casarían entre sí.
Desde sus inicios allá por 1629, la Fontana di Trevi se ha
rodeado de leyendas relacionadas con la Iglesia debido a que:
1.
Se
sostuvo que la localización de aquella fuente de agua por los técnicos romanos
había sido posible por la “ayuda de la Virgen”.
2.
Y
que en su visita al Papa Pío IX en 1867, la emperatriz Carlota de México se
había curado de su locura, bebiendo la “única agua no envenenada” de Roma, la
de la Fontana di Trevi.
Pero admitiendo el dicho popular según el que “al César lo
que es del César, y a Dios lo que es de Dios”, es necesario subrayar la
estrecha colaboración entre la Iglesias y las autoridades de la ciudad de Roma
en las distintas obras acometidas en la Fontana di Trevi.
Pero las monedas tiradas a la fuente constituyen ahora la
fuente de discordia entre ambas instituciones que alegan servir a las personas
más necesitadas. Y es que esas “monedas” que van aumentando cada vez más, ya
parecen demasiadas para cubrir sólo los intereses de las personas más pobres de
la ciudad, cuando se sabe que pueden alcanzar la suma de un millón de euros al
año.
Así, desde el año 2001 hasta la fecha, las monedas estaban
destinadas a Cáritas (dependiente de la Iglesia Católica), con el beneplácito
del entonces alcalde de la ciudad de Roma, Walter Veltroni. Pero ahora, la
nueva alcaldesa (Virginia Raggi) ha decidido que su alcaldía debe quedarse con esas
monedas a partir de abril de este año: un recorte importante para Cáritas
porque esas monedas constituían una parte considerable de su presupuesto.
Se trata de una medida paradójica ya que por un lado pudiera
considerarse como beneficiosa para las personas, pero por el otro, pudiera
afectar el futuro de esas personas, con una advertencia de la Iglesia de
“reducir o cerrar muchos servicios para los pobres”, y la inseguridad de
reabrir esos servicios de parte del consistorio de Roma.
Mientras sobrevuela sus cabezas esa inseguridad, las mismas
promesas de “ayudar” a las personas pobres
les abocan a otra amenaza: una peor que les deja a los pies de los caballos,
frente a las distintas formas de populismo que sí encuentran la razón para
excluir algunas de esas personas, exigiéndoles requisitos difíciles de cumplir.
La propia decisión del consistorio de Roma puede ir en esa
dirección al querer retomar el control, y llevar a cabo una “mejor gestión” de las monedas recogidas,
recortando los beneficios hacia otros colectivos. Otro suceso como el ocurrido
el 17 de octubre de 2017, llama también a tener en cuenta y reflexionar sobre esa
amenaza. Aquel día, el ultraderechista Graziano Cecchini decidió teñir de color
rojo la Fontana di Trevi, para protestar contra esa política de ayuda a las
personas más necesitadas.
Hasta ahora, todas esas políticas (buenas y malas) se han venido adaptando para un supuesto bien de los pobres. Y aunque dichas políticas puedan ser perjudiciales, se decide adaptarlas para "el bien de los los pobres", dándoles un sentido social sabiendo de antemano que pueden beneficiar a algunos colectivos y perjudicar a otros.
¡Hace falta una verdadera política de ayuda
diseñada para la seguridad y la cohesión
social, y no una que deje a las personas pobres a los pies de los caballos!