¡Otro mundo entre
iguales es posible!
Sabiendo todo eso (que se puedan manipular sus escritos
y/o que les insulten, y “que aquellos que son conscientes de tal manipulación
estén tan callados”), no queda más remedio que creer en lo que están haciendo. En
ese caso, con mucho orgullo, la pregunta puede ser la siguiente: ¿qué más da?
Desgraciadamente, todos quieren estar en el
centro, no solo la derecha como dicen. Y para ello, buscan todo tipo de
justificaciones como la de argumentar que “el punto de referencia de nuestro
documento es la experiencia escandinava, no la venezolana”.
Para que no manipulen sus escritos, ¿tienen que
referirse solamente a la experiencia escandinava, y rechazar otras experiencias
aunque les parezcan sostenibles, porque vienen de Venezuela?
¿Solo sirve todo lo que viene de los países
escandinavos?
Se puede contestar que no, porque allá también se
llevan a cabo experimentos, a ver si funcionan. Más todavía en el plano
socioeconómico, donde solo el futuro confirmará si están o no en lo cierto.
De lo contrario, estarían defendiendo la democracia
y la igualdad entre personas, pero al mismo tiempo, estarían resaltando su
creencia de que algunos países son mejores que otros (aunque esos últimos sean
más grandes en tamaño, por ejemplo), pudiendo trasladar la misma creencia hacia
las distintas ciudadanías. Estarían diciendo que algunas ciudadanías son
mejores que otras.
¡Otro mundo entre iguales es posible!