lunes, 18 de agosto de 2014



El dilema de la cohesión social
Está claro que nunca llueve para el gusto de todos; y cuando surge algún conflicto social, más nos damos cuenta de eso. Enseguida, los distintos grupos sociales se dividen según sus intereses, que nunca pueden ser los mismos entre los que detienen el poder, y los que están gobernados. Aunque también, esos intereses pueden variar mucho más entre los gobernados, más influenciados por las leyes susceptibles de ser adoptadas por sus gobernantes.
Muchas veces, funciona la política de “dividir para gobernar”, que hace que los gobernados luchen entre ellos, dejando de lado a los verdaderos causantes de sus problemas; ya que  en esos casos, los culpables parecen ser, los más débiles. Así, cada uno culpa al más débil de al lado.
El conflicto entre palestinos e israelíes está ahí, para demostrar que no siempre es fácil adoptar una posición u otra, ya que se trata de uno de los casos más polarizados del mundo, que no deja la posibilidad de apoyar al más débil, como se suele hacer. En ese caso, todo el mundo puede estar de acuerdo que el más débil es el pueblo palestino; pero apoyar al pueblo palestino, puede significar perder algunos intereses económicos, o simplemente ser considerado como antisemita.  
Pero hablar de cohesión social es hablar de paz; y cualquier peor paz es mejor que un escenario de guerra. Sí, he oído mencionar que “la peor paz es mejor que la guerra”. Entonces, lo normal es que la fortaleza del derecho surja, para imponer la paz.
Sin embargo, en Ferguson (Ciudad de Missouri, en Estados Unidos) el mensaje que recibimos es contradictorio. Mientras los manifestantes dicen que sin justicia no habrá paz, las autoridades por su parte, sostienen que sin paz, no habrá justicia.
Pero solo hay que mirar.
1.     ¿Es posible que una mayoría negra siga siendo dirigida por una minoría blanca como en Sudáfrica?
2.     ¿Ese problema se resuelve con la violencia?
¡Ese dilema solo se resuelve, cediendo! Nadie en pleno siglo XXI, y en un país como Estados Unidos, que se dice democrático debe pensar en lo contrario. Pero desgraciadamente, el caso entre Palestina e Israel confirma la duda. En Estados Unidos donde la pena de muerte afecta mayoritariamente a los más débiles, es posible que al policía que mató al Michael Brown, le declaren “no culpable”, por haber actuado, “en defensa propia”. A Michael Brown, después de muerto, le encontrarán alguna culpa. Aunque es posible que las manifestaciones tengan sus efectos.
¡En todo caso, que hable la justicia! Sabrá el momento adecuado, para seguir manteniendo la paz.